Mi leche quiero yo mamita pero con mamadera!!!

A partir del año 1983-84 surge el programa del Vaso de Leche como una expectativa a fin de suplir la escasa cobertura de los programas materno infantiles, como todos recordamos fue una iniciativa brillante del aquel entonces Alcalde de Lima Alfonso Barrantes, y en el programa se estipulaba que los municipios tendrian la administración a su cargo, y después en el año 1985 en el gobierno de Belaunde se suscribe la Ley 24059 que convierte al Vaso de Leche en programa de asistencia alimentaria Materno Infantil, en esta ley especificamente dice "poblacion considerada vulnerable", en todos los municipios del Pais. Después se obligaria al Ministerio de Economía a trasnferir partidas a los municipios para solventar el programa. Durante todos estos años transcurridos se han dado varios artículos legislativos y leyes que constituyen el marco legal del mismo. Sin embargo el gobierno ha creado varias comisiones para fiscalizar el buen y apropiado uso del programa en si, dandose con la sorpresa de que durante años las organizaciones de madres no han sido capaces de ordenarse, que el manejo de patrones de los beneficiarios en los municipios son un caos. Que los beneficiarios considerados como prioridad, es decir niños hasta 6 años de edad, solo alcanzan el 60%, y que muchos de los municipios no cuentan con los patrones debidamente registrados. Los comites de madres que salen a protestar cada vez que se anuncia alguna fiscalizacion no han podido probar que el programa beneficia directamente a esta población de riesgo, y son las dirigentes de los comites las mas beneficiadas con el Vaso de Leche. Ahora no es ningún secreto para los peruanos, que el programa no está funcionando como debería y que se han visto inclusive casos de personas mayores de edad, beneficiándose de él. En la última manifestación organizada por los comites este pasado martes 28 de Abril, las madres dirigentes de los comites estaban quejándose de un supuesto corte presupuestal, equivocadamente y sin una buena razón salieron a protestar una vez más, porque el gobierno quiere fiscalizar la corrupción existente en los municipios. De lo que se trataba era de cortar el famoso vaso de leche a los niños de 6 a 12 años, puesto que estos reciben desayuno en los colegios, pero las dirigentes de los comites muy inteligentemente movilizaron a todas las madres de los municipios limeños, que no son pocas, creando una vez más, el caos en la ciudad, congestionamiento de las avenidas Arequipa, Arenales, y el distrito de Miraflores. Terminando la reunión con el actual Ministro Yehude, salieron muy alegres, simpáticas, triunfantes, una vez más: el programa continúa, no hay corte para nadie, el Ministerio de Economía seguirá entregando las partidas a los municipios, y nadie fiscalizará el dinero del famoso Vaso de Leche, es decir seguiran con la Mamadera. La corrupción en los comites continuará, y como todo lo que pasa en nuestro querido país, los perjudicados son los de menos recursos, los niños de la calle que no tienen ni un pan duro, los ancianos que no tienen ni cobijas en el invierno, las madres gestantes que no alcanzan a registrarse en el patrón, porque ya registraron a toda la familia y amigotes primero.

Debo agregar que los que si trabajamos y no recibimos nada del gobierno, ni un vaso descartable con agua, que si pagamos nuestros impuestos, que salimos muy temprano a trabajar y llegamos por la noche a nuestras casas, tenemos por lo menos derecho a dirigirnos a nuestros trabajos sin tener que encontrarnos con el caos del trafico y vernos perjudicados por estas personas; y he sido testigo que la mayoría de las señoras que participaban de la injusta manifestación estaban bien pasadas de peso, es que estas señora comen mucho mejor que yo, y llevaban cargando sus canastas llenas de comida de todo tipo, tenían el menu completo, con sandwichasos incluídos, y bastante líquido para tomar, claro que no vi Leche. Para la próxima espero que por educación me inviten uno de los sandwichotes que llevaban y algo para tomar, cuando estoy en el micro horas de horas, esperando llegar a mi trabajo, hasta que se les ocurra terminar su manifestación. Es lo menos que pueden hacer por mi, por el descuento que me van a hacer a fin de mes, por llegar tarde, y porque parte de mi dinero, obtenido con el sudor de mi frente, es también destinado al presupuesto del programa, del cual jamás veré ni una gota de Leche. Y estoy más que segura que todo el que lea este comentario en mi blog, sentirá lo mismo.